PROGRAMA
Santiago
Blanco:
Estudio Trascendental n. 1 (F. Liszt)
Xavier
Barbeta:
Preludio op. 16 n. 1 y Estudio op.8 n. 2 (A. Scriabin)
Alejandro de la Vega: Nocturno (Grieg)
Iván Trypuz: Caballería (Kavalevski)
Alejandro de la Vega: Nocturno (Grieg)
Iván Trypuz: Caballería (Kavalevski)
Anna
Sala:
Impromptu nº 1 op. 9 (F. Schubert)
Joina
Canyet:
Impromptu nº 3 op. 90 (F. Schubert)
Toia
Conejo:
Sonata op. 24 (I) (C. Weber)
Lara
Magriñá:
Nachtstücke op. 23 (I-II) (R. Schumann)
Carla
Azanuy:
Baladas op. 10 (I-II) (J. Brahms)
Núria
Roura:
Sonata op. 53 "Waldstein" (I) (L.V. Beethoven)
Dani
Ariño:
Sonata nº 2 "Sermón del fuego" (E. Rautavaara)
Leonid
Nikolaévich Sintsev
(Novosibirsk,1944 - Barcelona,2008) fue uno de los solistas más
dotados e interesantes de su generación. Destacando ya desde muy
temprana edad en la escuela especial para niños con talento, su
pianismo elegante, de factura impecable, y con un virtuosismo basado
en una profunda comprensión estilística le llevó a recibir en su
madurez el título de “Artista meritorio de Rusia”, y a ser
considerado dentro de la U.R.S.S. como un especialista en ciertos
repertorios de extrema dificultad como los Estudios Trascendentales
de Liszt o los estudios de Chopin. Profesor emérito del
Conservatorio “Rimsky-Korsakov” de San Petersburgo durante varias
décadas, se enorgullecía no obstante de la experiencia pedagógica
que había adquirido en sus inicios ejerciendo la docencia con niños
y adolescentes. Sintsev tuvo siempre una relación especialmente
estrecha con ellos basada en un una entrega e implicación personal y
profesional que iba mucho más allá del contexto académico.
Intentaba ante todo entender a la persona que debía formar,
analizaba sus singularidades psico-físicas, diagnosticaba el estadio
de formación en el que se encontraba, sus carencias actuales y el
potencial crecimiento futuro, y a partir de ahí empezaba a
construir. Todo ello, con una alta exigencia profesional, pero
siempre en un ambiente afable y constructivo, donde conciertos de
clase, como los que van a escuchar hoy, eran una práctica frecuente.
Los estudiantes del concierto de hoy no conocieron directamente a Leonid Sintsev. Pero, quizás sin ser conscientes de ello, conviven con su filosofía pianística casi a diario en la clase de piano. Porque igual que los niños “copian” o heredan gestos, expresiones, maneras de hacer, caminar, hablar de sus padres y abuelos, los alumnos acaban asimilando, de manera inevitable, los recursos que éstos les van transmitiendo de manera consciente o inconsciente. Los van adaptando y moldeando a sus individualidades de manera que con el tiempo surge un estilo interpretativo y pedagógico propio, pero con un ADN común. De ahí nace el concepto de “escuela pianística”.
El concierto pretende ser, pues, mucho más que un homenaje al Maestro Sintsev. Pretende ser un agradecimiento sincero, de parte de sus “hijos” y “nietos” pianísticos.
Los estudiantes del concierto de hoy no conocieron directamente a Leonid Sintsev. Pero, quizás sin ser conscientes de ello, conviven con su filosofía pianística casi a diario en la clase de piano. Porque igual que los niños “copian” o heredan gestos, expresiones, maneras de hacer, caminar, hablar de sus padres y abuelos, los alumnos acaban asimilando, de manera inevitable, los recursos que éstos les van transmitiendo de manera consciente o inconsciente. Los van adaptando y moldeando a sus individualidades de manera que con el tiempo surge un estilo interpretativo y pedagógico propio, pero con un ADN común. De ahí nace el concepto de “escuela pianística”.
El concierto pretende ser, pues, mucho más que un homenaje al Maestro Sintsev. Pretende ser un agradecimiento sincero, de parte de sus “hijos” y “nietos” pianísticos.